#29 | El eterno Nakba
Una extensa recapitulación de lo que está ocurriendo en Gaza y los breves de la semana
¡Hola!
Básicamente por falta de tiempo de un servidor, la newsletter vuelve a enviarse un pelín más tarde de lo habitual (mil disculpas), y en un formato un poco más breve a lo que acostumbro.
Por ello esta semana me centro exclusivamente en el tema más importante a nivel internacional, la escalada del conflicto entre Israel y Palestina, que ha dejado ya más de 174 víctimas en Gaza, y no tiene visos de acabar pronto.
Leer esta newsletter te llevará aproximadamente 10 minutos. Comenzamos.
🇵🇸🇮🇱 Israel ahoga Gaza
Desde los primeros disturbios en Sheikh Jarrah, el conflicto no ha hecho más que escalar. La situación está totalmente fuera de control y a pesar de las tímidas llamadas por parte de Estados Unidos y la comunidad internacional a un alto al fuego, el gobierno de Netanyahu no parece muy por la labor de acabar con esta sangría.
Recapitulemos
Todo comenzó (bueno, comenzó en 1947, si no antes) con la noche del 13 de abril. En un incidente que no tuvo mucha repercusión en la prensa internacional, la policía israelí entró en la mezquita de al-Aqsa, en la explanada de las mezquitas, uno de los lugares más sagrados del Islam. Jordania, que supervisa el liderazgo de la mezquita, había rechazado una solicitud por parte del gobierno israelí de evitar transmitir oraciones durante el discurso que el presidente de Israel pronunciaría en el Muro de las Lamentaciones, a escasos metros de la mezquita. La solicitud se rechazó rotundamente por considerarla irrespetuosa y ofensiva. Tras el rechazo, la policía isrelí allanó el interior de la mezquita y cortó los cables de los altavoces que transmitían las oraciones.
Semanas después, la noche del sábado de hace dos semanas, con la celebración por parte de los palestinos del Lailat al-Qadr, y las tensiones por diversos desahucios de familias palestinas en Sheikh Jarrah, un barrio de Jerusalén Este predominantemente árabe y donde el gobierno israelí actúa para arrebatar sus hogares a esta comunidad para entregárselo a judíos. La misma historia de siempre. Una limpieza étnica con el consentimiento de toda la comunidad internacional, que prácticamente ni se inmuta ante tal disparate.
Los disturbios en Jerusalén se trasladaron rápidamente a Lod, una pequeña localidad a veinte minutos de Tel Aviv. Un tercio de la población de Lod es árabe. Allí, el pasado lunes, durante las protestas en apoyo a lo ocurrido en Jerusalén, un joven palestino murió asesinado a tiros, al parecer por residentes de un vecindario judío.
La noticia corrió como la pólvora y supuso una escalada de los disturbios en la ciudad, que derivó en una suerte de anarquía, con enfrentamientos entre vecinos judíos y árabes, quema de sinagogas, negocios y vehículos. El gobierno israelí terminó por decretar un estado de emergencia en la ciudad e imponer un toque de queda para controlar la zona.
La irrupción de la policía en al-Aqsa, Sheikh Jarrah, el cierre de la Puerta de Damasco, marchas por Jerusalén de grupos judíos de extrema derecha, la anarquía de Lod. El conflicto a gran escala era ya cuestión de días.
‘After Years of Quiet, Israeli-Palestinian Conflict Exploded. Why Now?’ en el NYTimes.
Gaza asfixiada
470 cohetes salieron de Gaza con destino Israel durante las primeras 24 horas de la escalada definitiva, que comenzó el pasado 10 de mayo, para un total de unos 2300 hasta el momento. La mayoría de esos cohetes (entre un 90 y un 95%), de escasa potencia, acaban siendo destruidos por el Iron Dome, el sistema antimisiles israelí, antes de que lleguen a tocar suelo.
Pero la respuesta israelí es mucho más potente. Su armamento, importado principalmente de Estados Unidos, que financia cada año el 20% del presupuesto de Israel en defensa, ha provocado hasta el momento 174 fallecidos en Gaza, de los cuales 48 son niños, y 1221 heridos, 366 niños entre ellos. Gaza no cuenta, como es evidente, con ningún ultramoderno sistema antimisiles. Por el lado israelí, las cifras son mucho más bajas. Hasta ayer se contabilizaban 10 fallecidos y 564 heridos.
Ya no se trata solo de heridos y fallecidos. Una planta desalinizadora afectada ha dejado sin agua a más de 250.000 palestinos, y otra tiene serias dificultades para operar. Según la ONU, al menos 600.000 gazatíes están sufriendo serios problemas para tener acceso a agua potable. Por otro lado, la disponibilidad de energía eléctrica en la franja ha quedado reducida a entre 6 y 8 horas al día, cuando llegaron a disponer de 14 horas hasta ahora. Ante esta situación humanitaria, Gaza retrocede a niveles de 2017. A día de hoy, un total de 461 viviendas de 94 edificios han sido completamente destruidas, 285 más se han declarado inhabitables por sus daños estructurales y 162 sufren importantes daños.
La solución está lejos de llegar
Las últimas informaciones hablaban de que enviados de Naciones Unidas trataban de llegar a un acuerdo para un alto al fuego, pero ni siquiera el Consejo de Seguridad ha conseguido ponerse de acuerdo en un comunicado de mínimos, ya que Estados Unidos ha bloqueado el comunicado.
Netanyahu, a calzón quitado, tampoco parece muy por la labor, a juzgar por sus palabras: ‘Israel ha respondido con contundencia a estos ataques, y seguiremos respondiendo con contundencia hasta que se restablezca la seguridad de nuestro pueblo‘. La sociedad israelí tampoco parece querer echar el freno. El odio hacia los árabes está muy arraigado en los medios israelíes, que incitan a la violencia en debates o minimizan la importancia de víctimas palestinas.
El intercambio de cohetes, al menos por parte de Hamas, organización islamista que lleva gobernando Gaza desde 2016, terminará más pronto que tarde. Aunque nadie sabe muy bien su el volumen de su arsenal, este lógicamente es mucho menor que el israelí. Y aunque Israel también cese en sus bombardeos sobre Gaza, habrá conseguido parte de su objetivo, devolver a Gaza años atrás. Otra vez.
Algunos breves (pero no por ello menos importantes)
India, ahogada por la gravisima situación por la que atraviesa debido al repunte de fallecidos por la pandemia, tiene otro gran problema: su burocracia.
Una ley que el gobierno aprobó el pasado septiembre pone todo tipo de trabas a organizaciones y donantes internacionales para que el dinero llegue a destino. Dinero que India necesita más que nunca y que se encuentra en el limbo.
El gobierno colombiano ha modificado su discurso y ahora el presidente Iván Duque dice que se sentará con los manifestantes a negociar acuerdos comunes.
Ayer domingo hubo la primera toma de contacto y hoy lunes continuarán los encuentros entre gobierno y Comité del Paro.
El gobierno etíope pospone por segunda vez las elecciones generales, que estaban previstas para el 5 de junio.
Según el gobierno, el conflicto todavía latente en la región del Tigray hace que no pueda ser posible celebrar unas elecciones en condiciones óptimas. Lo cierto es que los testimonios de lo que ocurrió en Tigray hace unos meses son absolutamente horribles y no dejan en buen lugar a la administración etíope. Veremos.
La agencia de noticias americana Associated Press (AP) pide una investigación independiente para que se detalle el motivo concreto por el que el ejército israelí bombardeó su sede en Gaza el pasado sábado.
Según Israel el edificio servía como instalaciones de Hamas. Aunque más bien pareciera que la intención sería otra: dificultar la difusión de información sobre lo que está ocurriendo estos días en la franja. Quedará en nada y AP se tendrá que conformar con esa excusa sin pruebas.
Y esto es todo por la semana. Como siempre, podéis encontrarme en twitter y en valijadiplo@gmail.com.
Si has llegado hasta aquí a través de una recomendación y te ha gustado lo que has visto, puedes suscribirte aquí:
¡Hasta la próxima!