#10 | La trampa de la descolonización
Trump ignora el derecho internacional, el presupuesto europeo y el compromiso medioambiental, Zuckerberg, el Brexit y más.
🇪🇭 La descolonización que nunca llega
Trump no se iba a ir sin más, y por ahora, cuando queda poco más de un mes para la investidura de Biden, está dejando sobre la mesa muchas situaciones comprometidas a su sucesor. La última, el enésimo acuerdo para restablecer relaciones diplomáticas entre Israel y un país árabe, en este caso Marruecos.
Y, ¿qué tiene que ver con la descolonización? El restablecimiento de las relaciones entre ambos países no sale gratis, y con la mediación de Trump y su yerno Jared Kushner, el acuerdo implica un reconocimiento de Estados Unidos sobre una supuesta soberanía del Sáhara Occidental por parte de Marruecos.
El problema con el Sáhara viene de lejos, de muy lejos. En 1975 y previa ocupación colonial, el Sáhara Occidental, provincia española desde 1963, deja de considerarse territorio español tras cerrar España, junto con Marruecos y Mauritania, los Acuerdos de Madrid. La ONU dictaminó que ni Marruecos ni Mauritania tenían ningún derecho soberano sobre el Sáhara (en consecuencia, anulaba los Acuerdos de Madrid y consideraba a España potencia administradora única, por tanto responsable de su descolonización), y aprobó en 1991 (con el voto favorable de Estados Unidos) un plan de arreglo en el que la disputa debería concluir con un referéndum para la autodeterminación del territorio saharaui.
Casi 30 años después se sigue sin celebrar tal referéndum, España parece que se desentiende, y de repente entra Trump y arrampla con todo, obviando por completo el derecho internacional, con decenas de resoluciones de Naciones Unidas sobre la controversia.
Mucho a cambio de poco
Marruecos por supuesto está encantada con la última ocurrencia de Trump, ya que a cambio de un vago reconocimiento a Israel, recibe un enorme impulso en su estrategia de persuasión para que se reconozca como legítima su ocupación ilegal sobre el territorio saharaui, además de siempre jugoso armamento militar (se habla de la venta de armamento por valor de un mil millones de dólares).
Este movimiento de Estados Unidos en otro marco no debería tener demasiadas consecuencias, pero aquí puede provocar una escalada en los enfrentamientos militares entre el Sáhara y Marruecos que se han ido dando en el último mes. Además, a nivel interno, a la opinión pública marroquí no parece que le vaya a gustar mucho que su país entable relaciones con Israel, por lo que está por ver si también provoca reacciones opuestas en terreno sensible, con un rey Mohammed delicado de salud.
Para profundizar en el conflicto y en la noticia:
El Sáhara Occidental, la última colonia de África, de El Orden Mundial
What the Morocco-Israel deal means for the Middle East, por el Atlantic Council
El documental ‘La vida en espera: Referéndum y resistencia en el Sahara Occidental’, de Iara Lee
🇪🇺 Presupuesto sí, pero compromiso medioambiental cojo
Después de, como ya es costumbre, otra noche interminable de cumbre en Bruselas, los 27 han aprobado el próximo Marco Financiero Plurianual 2021-27. El MFP es el presupuesto de la Unión Europea, que, dada su enorme magnitud y complejidad, se pacta para un período de 7 años, en lugar de año a año, como se suele hacer en la mayoría de Estados miembros.
Esta es la primera vez que los presupuestos incluían una cláusula, la ‘rule of law’, por la que si la Comisión Europea detectaba que alguno de los Estados miembros no cumplía o presentaba deficiencias que hicieran poner en peligro la independencia judicial, o el cumplimiento de derechos fundamentales, podría aplicar un mecanismo que llevaría a una reducción o suspensión de pagos por parte de la UE hacia ese Estado.
La cláusula era una indirecta bastante poco sutil hacia Hungría y Polonia, advertidas en más de una ocasión. Ambos países, indignados, se plantaron y amenazaron con un veto total a los presupuestos si no se eliminaba esta cláusula. Finalmente, la madrugada del jueves al viernes se llegó a un acuerdo que sí parece convencer a los 27 pero no así al parlamento europeo: la UE les da su palabra de que la cláusula no se utilizará para presionarles respecto a la política migratoria y, además, habría que esperar a que el Tribunal de Justicia de la UE se pronuncie –cosa que como pronto será de aquí a dos años– para poder aplicarla llegado el caso. Por tanto vía libre a Orbán de cara a las elecciones húngaras en 2022.
Los países del sur, especialmente España e Italia, respiran tranquilos, ya que, aunque no los vean al menos hasta otoño del año que viene, la aprobación del MFP conlleva también el ok al Fondo Europeo de Recuperación, una ‘paga extra’ de emergencia debido a la crisis económica provocada por la pandemia del Covid. De los 750.000 millones de euros, España recibirá alrededor de 140.000 millones.
Tímido compromiso medioambiental
Pero, más aún que el debate sobre el MFP, el asunto que más tiempo ocupó a los 27 jefes de Estado fue la aprobación de un acuerdo para reducir las emisiones de carbono en un 55% respecto a los niveles emitidos en 1990.
El acuerdo, aún siendo relativamente importante, es cuanto menos tímido y con trampas. Las principales organizaciones ecologistas pedían un recorte de al menos un 65%, y sobre las emisiones emitidas en 2010, no en 1990, y el parlamento europeo pedía un recorte de un 60%. Sin ir más lejos, Reino Unido anunció hace poco que recortará las emisiones en un 68% para 2030.
Son acuerdos que a priori, para el gran público, parecen grandilocuentes y dan la sensación de que el compromiso es enorme. Pero por el momento, ninguno de estos acuerdos, ni lo pactado en el Acuerdo de París, hace suponer que estemos en el camino del verdadero objetivo, que sería el estar por debajo de un aumento de la temperatura del planeta en 1.5 ºC para 2100. Según estudios, siendo optimistas, con las medidas actuales acabaríamos el siglo con un aumento de más de 2 grados de temperatura, con el peligro que esto conlleva.
💻 Facebook tiene un serio problema
En un anuncio casi sin precedentes, la Federal Trade Commission del gobierno estadounidense ha denunciado, junto con los procuradores generales de 48 de los 50 Estados del país, a Facebook por abuso y prácticas monopolísticas en contra de la libre competencia. El bombazo, más allá del músculo de la demanda, ya que no viene solo de la FTC sino con casi todos los Estados del país de la mano, es lo que se pretende con esta demanda: que Facebook se deshaga de Instagram y WhatsApp, además de prohibir a Facebook a que imponga condiciones abusivas a los desarrolladores, y que anuncie pública y previamente de futuras adquisiciones o fusiones.
Zuckerberg compró Instagram en 2012 por mil millones de dólares, y WhatsApp en 2014 por 19.000 millones. En ambos casos la cosa no acabó bien entre Zuckerberg y sus fundadores. Brian Acton, fundador de WhatsApp, se quedó a gusto rajando de Zuckerberg, defendiendo que la gente debería borrar Facebook si le preocupara en serio su privacidad; lo mismo dijo Jan Koum, cofundador de la app, que acabó abandonando Facebook cuatro años después de la compra. Systrom y Krieger, cofundadores de Instagram, también dejaron Facebook muy mosqueados con Zuckerberg. Wired publicó el año pasado una larguísima y detallada crónica de qué había ocurrido en los por entonces últimos 15 meses dentro de Facebook, recopilando entrevistas a 65 empleados y exempleados de la compañía, y en ella se desvelaba qué había ocurrido con los fundadores de Instagram.
Qué pasará ahora
Este es un primer paso de una larga historia. La denuncia de los 48 Estados y la FTC puede alargarse años hasta que la justicia se pronuncie, seguida, más que probablemente, por interminables recursos de los abogados de Facebook. A corto y medio plazo no cambiará nada, quizás Facebook haga pequeños cambios, puro maquillaje, pero nada más. Pero, por lo pronto, se trata del mayor toque de atención, el más incómodo, que hemos visto en mucho tiempo hacia una tecnológica tan poderosa.
Para profundizar en la noticia:
The Smoking Gun in the Facebook Antitrust Case, en Wired
Instagram would be better off without Facebook, en The Verge
🇬🇧 Brexit: se acaba el tiempo
Estamos a 12 de diciembre, quedan 19 días para que acabe el año y en consecuencia el plazo para llegar a un acuerdo entre la UE y UK y evitar un escenario desconocido y en el cual, sin un acuerdo de libre comercio, ambas partes se regirían por las normas de la OMC, la Organización Mundial del Comercio (obviamente, normas desventajosas respecto a un acuerdo bilateral).
Qué frena el acuerdo: básicamente, el Level Playing Field, es decir, la igualdad de condiciones entre las dos partes, y algo tan irrisorio para Reino Unido (representa el 0’1% de su economía), pero relativamente importante para la UE, como es la pesca.
Se acaba el tiempo y no parece que la solución vaya a llegar a tiempo.
La justicia poética hecha gráfico: el coste estimado del Brexit está a punto de superar el total de contribuciones que ha hecho UK a la Unión Europea en 47 años.
Algunos breves (pero no por ello menos importantes)
El ex-primer ministro en funciones del Líbano, Hasan Diab, y sus –también ex– ministros de Economía y de Obras Públicas, han sido imputados por la justicia libanesa por su negligencia en la explosión en el puerto de Beirut el pasado agosto. Parece un importante paso en la rendición de cuentas en un Líbano absolutamente hundido política y económicamente, pero hay que tener en cuenta que este proceso puede durar años e incluso finalizar sin una sentencia clara.
La Duma, el parlamento ruso, ha aprobado la total impunidad (perdón, inmunidad) ante la justicia de los presidentes de la Federación Rusa una vez dejen el cargo. Solo podrán perder esa inmunidad si se aprueban cargos de alta traición hacia la persona y la Corte Suprema y la Corte Constitucional dan su visto bueno. Otro tanto más para Mr. Putin.
En la región de Tigray, en Etiopía, el ultimátum dado por el primer ministro acabó con la resistencia del TPLF, pero no parece que la estabilidad vaya a volver pronto a la zona: hay informaciones que aseguran el asesinato de cuatro trabajadores de ONGs, y se disparó y detuvo a trabajadores de la ONU en un checkpoint de camino a un campo de refugiados. Parece que el Comité Internacional de la Cruz Roja sí ha conseguido llegar a la zona.
Una investigación del Washington Post ha desvelado que Huawei, el gigante tecnológico chino, habría desarrollado un software de reconocimiento facial que detectaría automáticamente a miembros de la minoría Uigur para alertar a las autoridades gubernamentales chinas.
El futbolista Antoine Griezmann, en un gesto poco usual en esos lares, comunicó que ha roto su contrato con Huawei tras la publicación de esa información.
Un mapa para reflexionar: mientras occidente celebra la inminente llegada de la vacuna contra el Covid, en los países más pobres no podrían disponer de ella hasta dentro de tres años.
Y esto es todo por la semana. Un pelín más tarde de lo que me hubiera gustado, pero a servidor últimamente no le da la vida para todo y la edición de esta newsletter lleva mucho tiempo y dedicación.
Como siempre, podéis encontrarme en twitter y en valijadiplo@gmail.com.
¡Hasta la semana que viene!